Día de Santiago Apóstol (25 de julio)
OBJETIVO DE LA JORNADA: Conocer la figura de Santiago Apóstol y la razón por la cual es venerado como "patrón de España".
Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo (en griego: Ἰάκωβος; del arameo: יעקב, Ya'akov), conocido en la tradición cristiana como Santiago el Mayor para
distinguirlo del otro discípulo con el mismo nombre, fue uno de los apóstoles de Jesús
de Nazaret. Nació probablemente en Betsaida (Galilea) de Zebedeo y Salomé. Tuvo un
hermano llamado Juan, también
apóstol. Murió a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén entre los años 41 y 44 de nuestra era. Es elpatrón de España.
Según
una tradición medieval, tras el Pentecostés (hacia
33 d. C.), cuando los apóstoles son enviados a la predicación,
Santiago habría cruzado el mar Mediterráneo y
desembarcado para predicar el Evangelio en
la Hispania (actuales España y Portugal).
Según unos relatos, su prédica habría comenzado en la Gallaecia,
a la que habría llegado tras pasar las Columnas de Hércules. Según el escritor
gaditano Fray Gerónimo de la Concepción, Santiago
fue quien consagró el Templo de Hércules a San Pedro (Sancti Petri). Siguió
bordeando la Bética y la deshabitada costa de Portugal;
otras tradiciones afirman su llegada a Tarraco y
su viaje por el valle del Ebro,
hasta entroncar con la vía romana que recorría las estribaciones de la Cordillera Cantábrica y terminaba en la
actual La Coruña. Una tercera versión postula su llegada a Carthago Nova (actual Cartagena, por el barrio de Santa Lucía), de
donde partiría hacia el norte.
Esta tradición hace de Santiago el santo patrón
protector de España.
En cualquier caso, la tradición de la
evangelización por el Apóstol Santiago indica que éste hizo algunos discípulos,
y siete de ellos fueron los que continuaron la tarea evangelizadora una vez que
Santiago regresó a Jerusalén. Para ello fueron a Roma y fueron ordenados obispos
por San Pedro. Son los siete Varones apostólicos. La tradición de los
Varones Apostólicos los sitúa junto a Santiago en Zaragoza cuando
la Virgen María se apareció en un pilar.
De acuerdo a la tradición cristiana,
hacia el año 40 la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta.
María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —mucho antes de su asunción— y
como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida
popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros
convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe en la vera
del Ebro.
Se dice que diversas pruebas, tantos
históricas como científicas, han confirmado que los restos hallados en Santiago
de Compostela corresponden al apóstol Santiago, pero la falta de un análisis directo
de dichos restos, permite suponer que pueden ser los restos del obispo Prisciliano,
o de otra persona importante del período romano.6 El
Santo Padre, León XIII, en 1884, en forma de Bula Papal reafirmó la pertenencia
de los restos al apóstol.
La tradición que sitúa a Santiago el
Mayor en Jerusalén, poco antes de su martirio, la recogen diversos apócrifos neotestamentarios (El libro
de la Dormición de María, etc.), todos ellos anteriores al
"descubrimiento" de la Tumba del Apóstol. Según estos relatos, cuando
María ve cerca su muerte, recibe la visita de Jesucristo resucitado. Ella le
pide estar rodeada por los apóstoles en el día de su muerte, pero todos ellos
están dispersos por el mundo. Jesucristo le concede su deseo y permite que sea
la misma María, por medio de aparición milagrosa, quien avise a sus discípulos.
La aparición de María a Santiago se habría producido sobre un pilar en Caesaraugusta (actualZaragoza),
columna que se sigue venerando en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar,
en la capital aragonesa.
Santiago habría hecho todo el viaje de
vuelta desde España hasta Jerusalén para encontrar a la Virgen (ya que ella
seguía viva allí, en la capital de Judea) antes de su dormición, hallando la muerte ante Herodes
Agripa en el martirio. La leyenda se cierra con que sus discípulos habrían
llevado su cuerpo (conservado de alguna manera) por el mar Mediterráneo en una
mítica embarcación de piedra y habrían costeado el Atlántico nuevamente hasta Galicia,
donde lo habrían enterrado justamente en Iria Flavia,
donde el obispo Teodomiro lo halló en el siglo IX.
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