viernes, 2 de abril de 2021

Madre del agua

 

Día del libro infantil y juvenil (2 de abril)

OBJETIVO DE LA JORNADA:  Promover la lectura y composición literaria entre los niños y jóvenes así como un buen conocimiento de las técnicas y habilidades literarias.

MADRE DEL AGUA

Cuentan que allá por la pista de Los Ovejeros y Madre del Agua, en la isla de Tenerife, se perdieron tres niños que se desorientaron de tal manera entre los bosques de pino canario que ya no supieron volver al lugar desde el que partieron ni tampoco nadie fue capaz de encontrarlos.

Exhaustos y sobre todo sedientos andaban buscando cualquier naciente de agua que les ayudara a apagar su sed y recuperar fuerzas.

Andrés era muy corpulento, fuerte físicamente y trabajaba muy bien en equipo cuando se limitaba a seguir las instrucciones de otros: se sentía cómodo así; Felipe era más bien dado a pensar, buscarle a todo cinco pies al gato y era especialista en resolver problemas o situaciones de maneras siempre muy ingeniosas: era un gran planificador y eficaz en su labor; Lucía tenía una capacidad de observación impresionante, tanto para comprender situaciones e interpretarlas para hallar la mejor respuesta posible como para saber encontrar el lado positivo en toda circunstancia.

Los tres llegaron a un lugar en donde parecía haber agua pues el suelo estaba húmedo, había juncos y las pequeñas plantas crecían con fuerza y deslumbrante verdor. Todo parecía brotar de una ladera rocosa mezclada con tierra. Los tres inmediatamente se pusieron a escarbar con palos tratando de descubrir el punto desde el que parecía brotar aquella humedad. Trabajaron durante horas cada uno en un espacio diferente pensando cada uno en solucionar su problema lo antes posible. Andrés había cavado bastante… pero se había metido por un espacio que mostraba poca humedad ya que sus otros dos compañeros se habían adelantado a emprender su tarea por puntos aparentemente mejores; Felipe se agotó muy pronto y apenas había arañado un poco su espacio; Lucía casi lo mismo pero el punto que ella había elegido parecía ser el más prometedor.

Pronto se agotaron y desanimados por no haber apenas avanzado, llorando desconsolados, se dejaron caer en el suelo ya dispuestos a abandonar todo esfuerzo por salir de aquella situación dedicando sus últimas fuerzas a criticarse entre ellos:

- “Sois unos blandengues Felipe y Lucía, teníais los mejores lugares y no habeis hecho casi nada”, dijo Andrés.

- “Pues anda que tú, Andrés, -replicó Felipe- muy cachas y ya ves… ¡nada!; ¡qué poco inteligente que eres!: has ido a buscar por el peor lugar”.

Intervino Lucía y dijo:

- “¡Cállense los dos!, que ninguno de los dos supo elegir. Sois unos egoístas, cada uno buscando lo suyo sin echar una mano a nadie”.

- “¡Pues lo mismo has hecho tú!”, replicaron los otros dos al mismo tiempo.

Se abrió paso el silencio y en esto… algo extraordinario sucedió, como si aquello fuera un cuento de hadas. De repente ante sus ojos apareció una señora que bien podría ser su abuela. Ellos al verla primeramente se asustaron, no esperaban aquella visita pero luego al observarla se tranquilizaron al mirar su rostro: desprendía una gran serenidad, mansedumbre y bondad.

- “¿Quién eres?”, preguntaron los tres al unísono. Ella repuso:

- “Soy la madre del agua. Hace muuucho tiempo que vivo aquí y allá donde el agua brota. ¿Y ustedes?, cómo es que están así como están?”.

Los niños le contaron a la señora todo lo que les había pasado a lo largo del día anterior y del actual para pasar inmediatamente a las acusaciones recíprocas por el fracaso en la localización del agua en aquel punto.

La señora con sus suaves palabras les calmó y luego con claridad y firmeza les dijo:

- “Es verdad que han cometido errores, es evidente, pero han tenido aciertos. El primero de ellos ha sido permanecer juntos y no irse cada uno por su lado, así que no todo ha sido negativo. Por otra parte… veo que insisten únicamente en resaltar de cada uno de ustedes lo que es negativo, lo criticable… pero no se han parado a pensar en sus cualidades”.

Los tres niños rápidamente asintieron a lo que la señora acababa de decir y cada cual se puso a describir sus propias cualidades para luego cargar contra los otros dos por no saber reconocer esos valores convirtiendo aquel instante en una nueva batalla de acusaciones mil.

- “No me expliqué bien –interrumpió la señora- y quiero hacerlo mejor ahora”. Hubo unos segundos de pausa y prosiguió:

- “Ustedes tres en equipo pueden conseguir lo que se propongan. ¿Están en disposición de ponerse a competir a ver quién resuelve antes “su” problema en lugar de ayudarse a resolverlo entre todos y para bien de todos?”.

Los niños callaron y la señora prosiguió:

- “Lucía es muy observadora y gracias a esa capacidad ha sabido encontrar el mejor punto para ponerse a buscar agua. Andrés, a pesar de haber elegido el punto menos prometedor ha hecho un gran trabajo físico y hubiera llegado aún más lejos si acaso hubiera recibido la ayuda de los otros dos. Felipe halló un buen punto también… pero no tenía la fuerza y resistencia que Andrés tiene. ¿Qué les dice esto chicos?”.

Felipe tomó la palabra y dijo:

- “Que debiéramos habernos puesto de acuerdo primero en cómo realizar el trabajo y en qué lugar concreto y no a la desesperada. En lugar de buscar sólo el beneficio personal mejor hubiera sido buscar el de todos y así beneficiarnos todos mucho más”.

- “Muy bien Felipe –repuso la señora- te toca dar el primer paso, tú que eres un excelente organizador sabrás cómo hacer ahora”.

Felipe se dirigió a sus otros dos compañeros y deliberaron en cuál debía ser el punto en el que debían cavar llegando rápidamente a elegir el punto que Lucía había encontrado gracias a su gran capacidad de observación; luego organizaron el trabajo, idearon la mejor manera de trabajar de manera que sin molestarse unos a otros lograran una perfecta coordinación y complementariedad y, por lo tanto, eficacia en su trabajo y, finalmente, buscando los útiles que más y mejor les pudieran servir; Andrés sería quien abriría camino en la excavación en busca del agua, Lucía le ayudaría a echar las piedras y tierra que Andrés fuera soltando y Felipe se encargaría de echar todo eso fuera manteniendo siempre despejado el espacio.

Excavaron apenas unos metros y… ¡hallaron por fin un hilillo de agua!, sólo un hilillo pero fue suficiente para calmar la sed, reponer fuerzas y los ánimos.

Satisfechos por su trabajo salieron del gran agujero que habían excavado en la ladera de la montaña para agradecer a la señora todo el bien que les había facilitado pero… no la hallaron.

En su lugar sí encontraron un cesto de frutas muy diversas y pan junto con una nota en que por escrito les explicó cómo dar con un grupo de personas que en este día seguían buscándoles por aquellos bosques. Los niños comieron hasta saciarse y a continuación emprendieron camino en la dirección que la nota decía hasta encontrar a aquellas personas que les estaban buscando.

Cuentan que así fue como a aquel naciente se le llamó “Madre del agua” en recuerdo de aquella señora de rosto amable, bondadoso y sereno que supo enseñar a los niños el arte de sobrevivir y VIVIR.

Autor: Santi Catalán

PARA AMPLIAR:

PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
DINÁMICA:
Estemos "en casa" o en "el cole" podemos subdividirnos en "pequeños equipos" e indagar sobre estos contenidos:
  • A)- CELEBRACIÓN: ¿Por qué se celebra el "Día del libro infantil y juvenil" el 2 de abril?. ¿Qué se pretende con esta celebración?. ¿Cómo hemos celebrado este día hasta ahora en nuestros hogares, en el cole y en otros espacios?, ¿cómo nos gustaría celebrarlo este año?.
  • B)- TERMINOLOGÍA: ¿Qué entendemos por: "libro infantil, libro juvenil, cuento, fábula, adivinanza, trabalenguas,,,,.., otros términos relacionados con el libro infantil y juvenil?.
  • C)- CAUSAS Y CONSECUENCIAS: ¿Cuáles pueden ser las causas por las cuales leemos poco?. ¿Qué libros son los que más nos gustan y por qué?. ¿Qué consecuencias trae o puede traer el no leer o leer muy poco?. ¿Qué consecuencias traerá esto a quien escribe libros?.
  • D)- NUESTRAS PRÁCTICAS: ¿Cómo podríamos ampliar nuestro gusto por la lectura?, ¿y por la escritura?. ¿Hemos sido conscientes de la importancia de los libros infantiles y juveniles?. ¿Qué sería necesario para que valorásemos más estos libros?, ¿en qué podríamos ayudar a mejorar esto?. ¿Cómo conseguirlo, qué acciones concretas podríamos llevar a cabo?.
Cada equipito:
  • Trabaja sobre el contenido buscando la información al respecto donde considere, sobre todo internet, libros, revistas especializadas, instituciones relacionadas con este tema y personas de la familia.
  • Sería muy interesante también realizar un comentario al cuento que aporta la entrada, así como al vídeo, pues aportan cada uno de ellos elementos provechosos para el crecimiento personal, sobre todo en relación con la educación en valores.
  • Hace una síntesis/resumen (que debe quedar muy clara para todos) de las ideas principales obtenidas en su trabajo de indagación.
Hecha ya la síntesis:
  • Cada pequeño equipo expone sus conclusiones..
  • Buscan entre todos conclusiones prácticas que ayuden a generar compromiso e ilusión por sus propias realizaciones: consigo mismos y en su familia.
  • Sería ideal poder concluir el trabajo con un compromiso personal y familiar, un gesto, en el que mostrar el sentir de todos.

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