viernes, 7 de diciembre de 2018

"Un buen maestro sabe que en todo ser humano hay grandeza"





Día del estudiante y del maestro (7 de diciembre)

OBJETIVO DE LA JORNADA:  Reconocer y valorar la labor de los maestros y maestras, docentes en general, y de modo especial aquellos que llevan ya muchos años en la profesión o ya se jubilaron; valorar de igual modo la labor de los estudiantes quienes con sus estudios y buena preparación contribuyen a la construcción de un futuro mejor para sí mismos y para el mundo. 
Si te preguntáramos, ¿Cuáles han sido los profesores que más te han marcado?.
Probablemente no tardarías ni un segundo en contestar. Recuerdas sus nombres, sus formas de dar clase y por qué te han marcado. Un buen maestro no se olvida.
Esto se repite para el resto de personas que nos enseñan fuera del ámbito académico, porque el hecho es que quien nos enseña algo valioso también deja una huella en nosotros más allá del propio conocimiento trasmitido.
Lo cierto es que cientos de personas pasan por nuestras vidas y la mayoría de ellas se marcha sin dejar rastro. Pero, aquellas que demuestran una habilidad especial para trasmitirnos un conocimiento son inolvidables. ¿Por qué somos afortunados si contamos con un buen maestro? Porque nos ha transmitido mucho más de lo que en realidad pretendía y nosotros esperábamos.

Un maestro imposible de olvidar.
Es interesante ver de qué manera los niños tienen héroes a lo largo de su infancia. Más allá de los padres o de un personaje de la ficción, los maestros ocupan un lugar muy importante en sus vidas.
Por ejemplo, si un profesor le ha inculcado el valor del esfuerzo, le ha dicho las palabras correctas en el momento adecuado o ha empleado una técnica divertida de estudio, es muy probable que el conocimiento adquirido quede adherido al recuerdo de aquello que le hacía tan singular.
Desafortunadamente, la mayoría de profesores son muy rutinarios, hacen las tareas de manera monótona y atados a tal o cual tecnología como si nada pudiera hacerse más allá de esos medios. Sin embargo un puñado de nuestros profesores -que probablemente puedas contar con los dedos de una mano- fueron excepcionales y demostraron una habilidad especial para llegar a nosotros: sin maquinitas ni artilugios de por medio: conectaban de tú a tú.
Un buen maestro fue ese que enseñaba mientras se divertía, ese que demostraba su vocación frente a 30 niños aburridos y con ganas de estar en otro sitio jugando o aquel que con sus palabras te ayudó a que elijas la profesión a la que actualmente te dedicas.

¿Cómo debería ser un maestro ideal?.
No es aquél que pone menos deberes o aquél que permite que los niños hagan lo que quieran en clase. Tampoco es ése que manda tareas que ocupan la tarde entera o que, con su tiranía, mantiene a la clase en un silencio absoluto.
Por el contrario, un buen maestro es aquél que pone el listón a una altura que sus pupilos puedan saltar, un poco más arriba del que podrían superar con comodidad. Además, es aquél que cuenta con las habilidad suficiente para encontrar la mejor manera de que sus alumnos interioricen aquello que pretende trasmitir.
La vocación es algo que quizás no se comprende cuando somos pequeños, pero que distinguimos fácilmente en las personas la tienen. Esto es así, porque se trasforma fácilmente en una actitud, en una disposición positiva frente a los retos que la clase pueda plantear.
Si trata a todos por igual y no hace diferencias, si no le molesta quedarse más tiempo explicando a los que no comprenden, si es cordial y cercano con sus alumnos  y, especialmente , si cuenta con una gran dosis de paciencia, entonces será un profesor ideal.
A su vez no le debe faltar entusiasmo por su trabajo, las ganas de superarse continuamente, buscar nuevas formas de decir lo mismo y entregar lo mejor de sí en el conocimiento que imparte.
La verdadera formación es también un aspecto que ningún maestro debería dejar de lado. ¿Qué significa esto?. Que, además de impartir datos, fórmulas y técnicas, tenga la capacidad para enseñar sobre valores y buenos hábitos además de enseñar a ser críticos y no someterse acríticamente a todo lo que impongan las modas o el mercantilismo de nuestra sociedad.

PARA AMPLIAR:
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
  • ¿Qué pensamos de estas ideas acerca de lo que sería un "maestro ideal" entendiendo que perfecto no es nadie?.
  • ¿Y un "estudiante ideal"?, ¿cuál sería el decálogo de un "estudiante ideal" entendiendo que perfecto no es nadie?.
  • ¿Cómo lograr entendernos y colaborar más y mejor maestros y estudiantes?.
  • ¿A qué podemos comprometernos unos y otros para lograr un mejor EQUIPO entre todos y así alcanzar mayores y mejores metas?.

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