Día de Todos los Santos (1 de noviembre)
OBJETIVO DE LA JORNADA: Aprender a valorar el don de la Gracia fuente de toda Santidad y todo lo positivo de toda persona por encima de lo que podamos hallar de negativo, también por encima de todas las limitaciones; anteponer la celebración de la vida sobre la muerte y crear actitudes que orienten a la felicidad y no al fatalismo.
¿Quiénes son los santos?.
Son
personas como nosotros que han vivido una experiencia humana con errores y
aciertos como cualquiera los puede tener pero con la confianza plena en Dios
con quien se han sentido y vivido siempre unidos y con su ayuda han podido
vivir el Mensaje de Jesucristo llevando en sus hechos, palabras y actitudes
ejemplo de lo que es ser cristiano.
¿Podemos ser santos también nosotros?, ¿cómo?.
Sí.
Para eso en primer lugar necesitamos tomarnos en serio el mensaje de Jesús de
Nazaret y vivirlo, mostrando en nuestro comportamiento y relaciones con el
mundo el mismo amor que Jesús mostró. Al mismo tiempo necesitamos también
practicar la oración, la constante comunicación natural con Dios pues solos no
podremos casi nada pero con Él lo podremos todo.
¿Por qué se celebra el día de Todos los Santos el 1
de noviembre?.
La
proclamación oficial de esta festividad se remonta al año 835, cuando el papa
Gregorio IV dio instrucciones para conmemorar a los muertos. El líder de la
Iglesia habría escogido esta fecha para hacerla coincidir con el resto de
fiestas similares de los pueblos germanos. El objetivo principal era, de esta
forma, cristianizar las celebraciones paganas.
Si
bien fue ese año cuando el Día de Todos los Santos quedó fijado en toda la
Iglesia, ya en los siglos anteriores existían fechas para recordar a los
difuntos. La Iglesia Católica utilizó diversos días del calendario para hacerlo
a partir de la Gran Persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV. Eran
tantos los mártires causados por el poder romano, que la Iglesia señaló un día
común para todos ellos, fueran conocidos o desconocidos.
Finalmente
fue Gregorio III quien reservó el 1 de noviembre en el siglo VIII para ello,
como respuesta a la celebración pagana del Samaín o Año Nuevo Celta, que se
celebra la noche del 31 de octubre. Gregorio IV fue el responsable de extender
la festividad a toda la Iglesia en el siglo IX.
Menos
conocido para los no practicantes (y, además, jornada laboral) es el Día de
Fieles Difuntos, que no debe ser confundido con el de Todos los Santos y que
tiene lugar un día después. También conocido como Día de los Muertos o de las
Ánimas, el 2 de noviembre tiene como objetivo orar por los fieles que ya no siguen
en la vida terrenal.
¿Para qué se celebra este día?.
Para
honrar a todos los Santos quienes nos dieron ejemplo de cómo vivir la unión con
Dios y su relación con el mundo, reflexionar sobre la invitación que recibimos
de ser santos nosotros también, orar por todos los difuntos y también por los “santos
en vida” que día a día se esfuerzan por construir un mundo mejor para todos.
PARA AMPLIAR:
- Día de Todos los Santos.
- Día de Todos los Santos.
- Recursos para la fiesta de Todos los Santos.
- Recursos para trabajar el día de Todos los Santos.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué ideas esenciales han quedado claras tras la lectura de esta entrada, el vídeo y los enlaces para ampliar?.
- ¿Qué otras preguntas nos hacemos sobre los Santos o sobre la celebración de este día?.
- ¿Conoces tu Santo/a?. ¿Cuándo lo celebras?. ¿Quién fue, dónde nació, en qué fecha nación, cuándo murió?. ¿Cómo fue su vida?. ¿Qué hechos y actitudes destacables se dicen de él/ella?. ¿Qué puedes aprender de su experiencia?.
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