Día de la preservación de la capa de ozono (16 de septiembre)
Los gases que protegen la capa de ozono agravan el
cambio climático.
Estados Unidos declara la guerra a los
hidroclorofluorocarbonos (HFC), unos gases fluorados con efecto invernadero
presentes en los aparatos de aire acondicionado
Por Marta Montojo
16/08/2021 - 05:00
La Agencia de
Protección Ambiental estadounidense (EPA, por su siglas en inglés) ha
anunciado esta semana su primera medida en materia de clima: en 15 años deberá
haber reducido en un 85% la producción y uso de
hidroclorofluorocarbonos (HFC), unos gases de efecto invernadero que emiten
aparatos de refrigeración como los que enfrían los productos en los
supermercados o los sistemas de aire acondicionado de casas y
automóviles.
Se trata de un compuesto químico que,
aunque no permanece largo tiempo en la atmósfera, a corto plazo es más
dañino que el CO₂ para la
estabilidad climática del planeta, por lo que mitigar sus emisiones ahora,
según los científicos, es clave si queremos contener a tiempo el calentamiento
global. Erradicar estos gases, dicen, puede ahorrar un
calentamiento extra de 0,6 °C respecto a los niveles industriales.
“Al eliminar
los HFC, que pueden ser cientos o miles de veces más potentes que el
dióxido de carbono a la hora de calentar el planeta, la EPA está
llevando a cabo una acción importante para mantener el aumento de la
temperatura global bajo control”, alegó en un comunicado Michael Reagan,
el nuevo director de esta agencia de protección ambiental estadounidense.
La medida, que entrará en vigor en 2022,
busca cumplir con el acuerdo global al que llegaron 197 Estados en 2016 para
reducir drásticamente el uso de estos compuestos, una enmienda al Protocolo de
Montreal que fue adoptada en Kigali (Ruanda) y por la que los países
industrializados se comprometieron a reducir la producción y consumo de
HFC en más de un 80% para 2036.
Los sistemas de refrigeración de los coches liberan
HFC. (EFE)
Es un paso decisivo, porque es el resultado de más
de una década de esfuerzos encaminados en esta dirección: se
plantearon por primera vez en los dos mil, bajo la Administración de George
W. Bush, cobraron fuerza sobre todo en la etapa Obama, se
materializaron en una ley general aprobada en diciembre de 2020 —aún durante el
mandato de Donald Trump— y este lunes, en pleno impulso de Biden contra la crisis climática, por
fin se han traducido en una medida concreta.
La norma no afectará al precio de los
productos, ni implica que los estadounidenses deban cambiar de nevera o
aire acondicionado. Sí se traducirá, sin embargo, en un cambio en la industria,
aunque en algunos casos esta ya había empezado a reemplazar los HFC por alternativas
más ecológicas.
De hecho, los fabricantes han apoyado masivamente la decisión de la EPA, pues llevaban tiempo pidiendo una estandarización a nivel federal para agilizar la transición. “Si sale a comprar un coche nuevo hoy, lo más probable es que su coche utilice un refrigerante mucho mejor para el clima”, explicó a la cadena pública PBS la experta en cambio climático Kristen Taddonio, asesora del Instituto de Gobernanza y Desarrollo Sostenible.
Peor el remedio que la enfermedad.
Los HFC se empezaron a emplear de forma masiva en
sistemas de refrigeración desde la década de 1980, cuando a la
comunidad internacional le preocupaba por otro asunto ambiental urgente: el
agujero de la capa de ozono. Los compuestos químicos que utilizaban
entonces neveras y sistemas de aire acondicionado —así como aerosoles— eran
los clorofluorocarbonos (CFC), muy dañinos para la capa de ozono.
El problema es que sus sustitutos, aunque no suponen una amenaza
para el ozono, sí agravan la crisis climática.
Las emisiones de gases con efecto invernadero siguen
aumentando. (EFE)
La EPA calcula que, con la medida propuesta, en 2050
se podrá haber evitado el equivalente en CO₂ de 4.700 millones de toneladas métricas, equivalente más o
menos a las emisiones anuales de uno de cada siete vehículos
registrados en EEUU. Los especialistas prevén además un ahorro de 284.000
millones de dólares a lo largo de las próximas tres décadas.
El Panel
Intergubenamental del Cambio Climático (IPCC, por sus
siglas en inglés) alertó en un informe de que para finales de este siglo el
mundo deberá haber logrado una reducción total —a cero— de los gases HFC o, de
lo contrario, “es muy posible que tengamos serios problemas para cultivar
nuestros propios alimentos”.
En España, el Ministerio para la Transición
Ecológica y el Reto Demográfico reconoce que, “desde el año
1990, las emisiones de los gases fluorados de efecto invernadero se han
incrementado sustancialmente”, también como consecuencia de la
sustitución de los gases que agotan la capa de ozono. Pero existen
acciones para reducir las emisiones de HFC, como un impuesto de los gases
fluorados de efecto invernadero, creado a través del artículo 5 de la Ley
16/2013, o el Reglamento 517/2014, que busca la “reducción progresiva” en hasta
un 79% de la cantidad de gases comercializados en el conjunto de la Unión
Europea "en términos de CO₂-eq y respecto de
niveles de 2009-2012", precisa el Miteco en su web.
- Día de la preservación de la capa de ozono.
- 7 recursos para trabajar el Día de la preservación de la capa de ozono.
- Capa de ozono para niños/as, recursos.
DESARROLLO:
Podemos plantearnos esta pedagogía formando "pequeños equipos familiares" o bien "desde el ámbito docente" e indagar sobre:
- CONCEPTOS CLAROS: ¿Qué entendemos por "ozono, capa de ozono, atmósfera, átomo, temperatura, rayos V, cambio climático, gases CFC, gases HFC, efecto invernadero,... "?.
- NUESTRAS FORMAS DE CONTAMINACIÓN: ¿Qué elementos existen en la actualidad que son o pueden ser destructivos o degradadores de la capa de ozono?, ¿de qué forma actúan esos elementos en la atmósfera?. ¿Qué actitudes o acciones humanas acentúan los problemas para la capa de ozono?, ¿cuáles son las causas por las cuales se siguen produciendo estas prácticas?.
- NUESTROS OBJETIVOS: ¿Qué sería necesario para erradicar totalmente estas prácticas destructivas?. ¿Cuáles podrían ser, pues, nuestros objetivos a conseguir?. ¿Cuáles serían las primeras acciones a realizar?, ¿cuáles vendrían después?, ¿cuáles serían las últimas a llevar a cabo?.
- NUESTROS RECURSOS: ¿Qué entidades hay en nuestro municipio que están trabajando ya a favor de la capa de ozono?. ¿Qué hacen y cómo, cuáles son sus objetivos y plan de actuación?. ¿Cubren así todo el plan de actuación para rehabilitar la capa de ozono?, ¿qué problemas o dificultades encuentran?. ¿Cómo podrían resolverse esos problemas?, ¿qué podrían hacer otras instituciones públicas y privadas para ayudar?. ¿Y nosotros?, ¿qué acciones inmediatas podemos emprender ya mismo?, ¿qué otras cosas podríamos hacer?.
- NUESTRO PLAN: ¿Con qué medios materiales y humanos contamos ya para emprender el o los proyectos de apoyo a esta causa?. ¿Qué otros medios, que no tenemos, necesitamos?, ¿cómo conseguirlos?. ¿Qué orden hemos de seguir en la ejecución de este plan de principio a final?. ¿Cómo nos vamos a organizar y qué tareas específicas va a desarrollar cada cual?.
- TRABAJO EN RED: ¿Con quiénes contactar para facilitar al máximo el inicio de este proyecto?, ¿cómo lo vamos a hacer?. ¿Con quiénes vamos a necesitar contactar después para desarrollar el proyecto hasta concluirlo?, ¿cómo lo haremos?. ¿Cómo vamos a garantizar un buen seguimiento de todo este proceso de principio a final, haya una buena coordinación y eficiencia en todas las labores a realizar?.
- Partir de un conocimiento teórico básico de los CONCEPTOS relacionados con la capa de ozono y su preservación.
- Localizar los recursos sociales que trabajan en favor de la capa de ozono y conocer su funcionamiento, sus medios humanos y materiales, carencias, necesidades, demandas,…
- Tras el análisis de la REALIDAD idear un plan de actuación con:
- Objetivos bien ordenados y muy concretos.
- Medios humanos y materiales que vayan a ser necesarios en cada fase (inicial, desarrollo y parte final) empezando por inventariar aquéllos con los que ya contamos y los que no pero con la firme determinación de obtenerlos también y concretando las maneras de conseguirlos.
- Trabajo en red con diversas instituciones que de alguna manera tienen que ver con la preservación de la capa de ozono (administración pública, empresas, ONGs que trabajan con ellos,…), llevar a cabo los contactos pertinentes y buscar la implicación corresponsable de todas las partes en un trabajo colaborativo en el que las tareas o funciones de cada parte queden claras y bien delimitadas.
- Constitución de la “Junta de Promoción y Seguimiento” en la que habrá un representante de cada una de las entidades que intervendrán en el desarrollo del proyecto y que velará por el buen funcionamiento del mismo en todas sus fases de desarrollo como en el mantenimiento del mismo una vez concluido.
- Redacción de un plan en el que quede recogido: Nombre del proyecto, objetivos, medios, actividades a desarrollar, medios humanos y materiales necesarios, entidades y personas implicadas y sus respectivas tareas, calendario y horarios a seguir en el desarrollo del proyecto, presupuesto, difusión del proyecto, valoración/seguimiento una vez concluido.
- Plan de difusión del proyecto en sus tres fases principales: inicios (primeras acciones), desarrollo (acciones ordinarias, intermedias) y final (mostrando el resultado de todo el trabajo desarrollado), difundiéndolo a través de vídeos, fotografías, entrevistas en radio, televisión, artículos de prensa escrita, redes sociales,... con la intención de concienciar a la sociedad sobre el valor de proyectos así y sus beneficios para el medio natural y la sociedad.
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