Día de la lucha contra las drogas (26 de junio)
OBJETIVO DE LA JORNADA: Tomar conciencia no sólo de lo que son las drogas y sus efectos negativos tanto en la persona y en su entorno sociofamiliar sino sobre todo las causas por las cuales se llega a ellas y comprometernos todos a desarrollar actitudes que eliminen esas causas.
"MONUMENTO A LA DIGNIDAD PERDIDA"
En un hermoso lugar, de
espléndidos paisajes y de gran belleza por las formas caprichosas de unos grandes peñascos tan altos como montañas, se ubicaba un lindo pueblecito siempre acariciado por ese entorno que
hacía de cada instantánea una obra de arte, fuese cual fuese la cámara
fotográfica que capturara la imagen.
Eran los colores de las
rocas de los riscos más cercanos al pueblo lo que llamó poderosamente a cierto
magnate la atención quien, queriendo reproducir en su residencia la magia que
parecía envolver a este pueblecito, ofreció fuertes sumas de dinero a quien le
trajera piedras de esos riscos lo que fue motivando el que poco a poco se fuera
apuntando cada vez más gente a llevarle dicha “mercancía” arrancando pedazo a
pedazo la magia de aquellos roques.
Al principio era
relativamente fácil tomar aquellas piedras y llevarlas a su destino mercantil:
bastaba casi con recogerlas del suelo, pero al no quedar ya sueltas decidieron
romper poco a poco fragmentos de las grandes rocas e incluso escalar dichos
peñascos para tratar de localizar en sus altos piedras sueltas más fáciles de
tomar. A medida que esto se hacía más difícil aumentaban los riesgos y los
daños: la gente que arañaba el lugar sufría caídas, golpes,… incluso violencia
entre ellos mismos en la disputa de los pedazos más grandes.
Esta situación hizo que
quienes iban a vender sus piedras demandaran más dinero: ¡se estaban jugando
hasta la vida por conseguir aquello!. El comprador aceptó y aumentó el importe
por cada piedra. Pronto la crudeza aumentó: ya no hubo simples caídas, golpes,
rasguños mil,… sino graves lesiones, hospitalizaciones y hasta muertes, tanto a
causa de las caídas, derrumbes de grandes rocas y también por violencia física
de unos contra otros.
Al cabo de mucho tiempo
este magnate quiso viajar al pueblo para entender el porqué de tanta desgracia.
No se imaginaba siquiera el motivo de tanto infortunio. Cuando iba llegando a
las postrimerías del pueblecito lo primero que percibió era que… había cambiado
radicalmente la fisonomía externa que envolvía al lugar; los roques parecían
ahora simples amasijos deformes de rocas descarnadas, sin magia, sin color,…
los rayos del sol ya no se reflejaban en ellos, los mágicos colores… habían
desaparecido. El encanto del pueblo… se había esfumado. La gente era uraña,
desconfiada; sus calles repletas de polvo, sucias, desangeladas no parecían llevar a lugar alguno; los jardines desaparecieron destrozados y llenos de tiendas de campaña plantadas allí por gentes que se
aposentaban allí para evitar pagar alojamiento en el pueblo.
Ante este dantesco
paisaje el magnate entendió que era él el causante de todo aquello: había
despertado la usura, el afán desmedido de enriquecerse cada cual a costa de lo
que fuera… incluso de la vida de sus semejantes, de su dignidad,… Así que…
decidió más nunca pagar a nadie por las piedras que le llegaran a su propiedad
donde, por cierto, a pesar de sus esfuerzos las rocas a él llegadas no lucían
con el encanto que él esperaba, no cobraban la magia que en su lugar de origen
manifestaban, razón por la cual había estado demandando cada vez más y más
piedras.
Al dejar de demandar
esa mercancía… ya perdió todo interés seguir descarnando los grandes roques que
envolvían al pueblecito, así que la gente abandonó el desmonte y destrucción de
aquellos grandes peñascos, ya no hubo trasiego, peleas, caídas ni violencia, ya
no hubo heridos ni muertes,…
El magnate, además,
decidió devolver al pueblo todas las piedras que a su propiedad habían llegado
y puesto que era imposible recolocar cada una de ellas en su lugar de origen
exacto… con ellas y en colaboración con la gente de todo el pueblo decidió construir
un gran monumento en una gran explanada al que quiso llamar, como último
capricho: “Monumento a la dignidad perdida”.
Cuentan que desde
entonces se recuperó la armonía entre sus habitantes, se acabaron los miedos y
recelos de unos por otros, renació la alegría,… y al cabo de muchos años… la
lluvia, el viento, los rayos del sol, el frío y el calor, fueron esculpiendo en
los grandes roques la magia de aquel encanto que la usura destruyó y el pueblo
recobró por fin todo su esplendor. Sólo el “Monumento a la dignidad perdida” mantenía
vivo el recuerdo de lo que nunca debió ser.
Santi Catalán
PARA AMPLIAR:
- Día de la lucha contra las drogas.
- Encuesta sobre alcohol y drogas 2017/18 (esquemático).
- Encuesta sobre alcohol y drogas 2017/18 (ampliado).
- Informe sobre drogas 2018 (España).
- Guía de materiales educativos para trabajar la prevención de drogodependencias.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué tiene que ver este cuento con el uso indebido y tráfico ilícito de drogas?.
- ¿Qué fue lo que destruyó la armonía y belleza del pueblo, tanto entre sus habitantes como entre él y su entorno natural?.
- ¿Se hubiera producido aquel gran destrozo del pueblo si no hubiera habido "demanda" de las piedras?. ¿Qué nos indica esto?. ¿Habría tráfico de drogas si no hubiera demanda de las mismas?.
- ¿De dónde arrancar para evitar la demada, tráfico y consumo de drogas?.
- ¿Qué necesitamos desarrollar en nosotros para evitar caer en las mafias que se lucran a costa del dolor y muerte de tanta gente que acaba siendo adicta a las drogas?.
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