Ser "persona" no es ser "una cosa", el ser humano tiene una dignidad que debe ser respetada cualesquiera que sean las diferencias entre unos seres humanos u otros: TODOS, absolutamente TODOS tenemos una dignidad que es sagrada y nos viene dada desde los más remotos orígenes de la humanidad y así lo recalcó desde el principio la propia Biblia:
- Gn. 4,9-10: "...¿Dónde está tu hermano?... se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo...". Caín no quiere reconocerse como "guardián" de su hermano Abel; el ser humano no entiende que todos nosotros y nuestros semejantes somos a imagen y semejanza de Dios, "nos-otros y los-otros" estamos muy íntimamente unidos y somos corresponsables realmente unos de otros. ¿Lo vivimos así en nuestras comunidades cristianas?.
- Os. 6,6: "Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios más que holocaustos". Mt. 12,7 lo vuelve a recordar: La fe se evidencia en las obras y actitudes, no en la palabrería y ritualismos; sin el amor comprometido con el ser humano no hay validez en culto alguno. ¿Hay unidad entre la fe que decimos profesar y su coherencia en nuestras obras y actitudes?.
- Mt. 25, 34-45: ..."Cuanto hicieron -o dejaron de hacer- con cualquier persona... conmigo lo hicieron... -o lo dejaron de hacer-...". Vuelve a recordarnos Jesús que todo ser humano es presencia de Dios, vuelve a recalcar la dignidad sagrada de toda persona y nos llama a un compromiso solidario y sobre todo fraterno en el que somos todos UNO en Dios. ¿Sabemos descubrir a Dios mismo en los arapos del empobrecido, apaleado, explotado,... en el mendigo,... en el que anda botado por los bancos de los jardines y en el suelo de un portal aunque tenga un cartón de vino al lado?.
Toda la familia humana estamos llamados a tomar conciencia de fraternidad y los cristianos, si cabe, más aún.
Les dejo a continuación tres vídeos que nos hablan con claridad y de forma bien ilustrada sobre lo que son los "Derechos Humanos":
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