2.
No hables mal contra
nadie, NO CONDENES a ninguna persona, a ningún grupo, a ningún pueblo, a
ninguna institución.
3.
PERDONA las injurias
presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu
corazón para amar, para convivir, para comenzar una vida nueva cada día.
4.
DESEA SIMPLEMENTE LA
PAZ con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del
servicio.
5.
Trata de SIMPLIFICAR
LOS PROBLEMAS en vez de agrandarlos; no acumules las sombras, busca en todo los
resquicios de luz y los caminos de la esperanza.
6.
Ten el VALOR de
negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que
enseñan y practican el odio, la venganza, el amedrentamiento y la violencia.
7.
Crea en torno a ti
SENTIMIENTOS Y ACTITUDES DE PAZ, de concordia, de convivencia, de misericordia
y de consuelo.
8.
APOYA a los que
trabajan sinceramente por la paz, en la verdad, en la libertad y en la
justicia.
9.
Dedica algún TIEMPO
A TRABAJAR tú también por la paz, con serenidad, esperanza y generosidad.
10.
PIDE A DIOS que te
dé el espíritu de la sabiduría de la bondad, de la fortaleza y de la
generosidad para ser instrumento de su bondad y de su amor en un mundo renovado
donde todos podamos vivir en la verdad, el amor, la libertad y la fraternidad.
Mons. Fernando Sebastián Aguilar (arzobispo de
Pamplona y obispo de Tudela).
El 30 de enero se celebra el "Día escolar por la paz y no-violencia" y, como todos los años se organizan desde los centros escolares hermosísimos actos en los que a los padres y madres se nos cae la baba de escuchar y ver moverse a nuestros hijos en las canchas de los centros; a los profesores y profesoras idem de lo mismo al ver que "todo lo trabajado y preparado antes salió muy bien" y a todos en general, alumnado incluído, se nos ensancha el corazón tras proclamar bellas poesías, expresión de frases y expresiones plásticas con el contenido de la PAZ. Pareciera que de repente fuéramos a erradicar totalmente todos los gestos y actitudes de violencia que hasta el momento habíamos presenciado o protagonizado en ese mismo espacio educativo.
Pero...¿qué ocurre apenas un rato después?, ¿unas horas más tarde?, ¿al día siguiente?; volvemos a las mismas...¿o quizás no es que volviéramos a ello sino... que nunca nos fuimos de eso que tanto daño nos hace?: burlas, faltas de respecto constantes de unos a otros, agresiones físicas, acoso,... . ¿Por qué?, ¿por qué nos sucede eso?.
- Puede que sea "porque no creemos que la paz sea posible" y hacemos lo que hacemos "porque nos lo mandan o porque queda muy bien"; ¿en qué nos hace pensar esto?.
- Puede que sea "porque aunque creamos en que la paz sea posible... nos parece que son los otros los que tienen que cambiar, no nosotros"; ¿es ésta una actitud que favorezca relaciones de paz y de igualdad entre unos y otros?, ¿qué problema hay de fondo en esta actitud?.
- Puede que sea "porque vivir la paz y no-violencia no es sólo tenerlo claro en nuestra cabecita sino tenerlo claro también en nuestro corazón y, por lo tanto, si no la vivimos es porque no nos hemos puesto a ello de verdad, no hemos interiorizadolo que VIVIR LA PAZ significa y no nos hemos propuesto hacerlo de verdad". ¿Cómo hacer para interiorizar la vivencia de la paz?, ¿qué ayudas necesitamos?.
Un buen conjunto de pistas para esa INTERIORIZACIÓN son estas "DIEZ CLAVES PARA CONSTRUIR LAPAZ" con que hemos abierto este artículo.
Otro conjunto de excelentes reflexiones, algo más amplias, es lo que el blog de "Justicia y Paz Tenerife" nos propone. Echémosle un vistazo al siguiente enlace-web:
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