Día de Todos los Santos (1 de noviembre)
OBJETIVO DE LA JORNADA: Aprender a valorar el don de la Gracia fuente de toda Santidad y todo lo positivo de toda persona por encima de lo que podamos hallar de negativo, también por encima de todas las limitaciones; anteponer la celebración de la vida sobre la muerte y crear actitudes que orienten a la felicidad y no al fatalismo.
"Los
santos no son héroes, sino pecadores que siguen a Jesús por el camino de la
humildad y de la cruz, y así se dejan santificar por Él, porque nadie se
santifica a sí mismo": esto, en síntesis, lo que ha dicho el Papa Francisco
durante la Misa presidida hoy en Santa Marta.
Partiendo
de la primera lectura que relata la conversión de San Pablo, que de enemigo de
la Iglesia se convirtió en santo, el Papa Francisco explica qué se entiende
cuando decimos que “la Iglesia es santa”.
“¿Pero
cómo puede ser santa si todos nosotros estamos dentro?. Aquí somos pecadores
todos. ¡Es santa la Iglesia!. Nosotros somos pecadores, pero ella es santa. Es
la esposa de Jesucristo y Él la ama, Él la santifica, la santifica cada día con
su sacrificio eucarístico, porque la ama tanto. Y nosotros somos pecadores,
pero en una Iglesia santa. Y también nosotros nos santificamos con esta
pertenencia a la Iglesia: somos hijos de la Iglesia y la Madre Iglesia nos
santifica, con su amor, con los Sacramentos de su Esposo”.
En
sus cartas, “San Pablo – recuerda el Papa – habla a los santos, a nosotros:
pecadores, pero hijos de la Iglesia santa, santificada por el Cuerpo y la
Sangre de Jesús”.
“En
esta Iglesia santa el Señor elige a algunas personas para hacer ver mejor la santidad,
para hacer ver que es Él quien santifica, que nadie se santifica a si mismo,
que no hay un curso para hacerse santo, que ser santo no es hacer el faquir o
algo por el estilo … ¡No! ¡No lo es!. La santidad es un don de Jesús a su
Iglesia y para hacer ver esto Él elige a personas en las que se ve clara su
obra para santificar”.
En
el Evangelio – observa el Papa – hay muchos ejemplos de santos: está la
Magdalena, de la que Jesús había expulsado siete demonios, está Mateo, “que era
un traidor de su pueblo y cogía el dinero para darlo a los romanos”, está
Zaqueo y tantos otros que hacen ver a todos que hacen ver a todos cuál es “la
primera regla de la santidad: es necesario que Cristo crezca y que nosotros
disminuyamos. Es la regla de la santidad: la humillación nuestra, para que el
Señor crezca”.
Así,
Cristo elige a Saulo, que es un perseguidor de la Iglesia: “pero el Señor lo
espera. Le espera y hace sentir su poder”. Saulo “se vuelve ciego y obedece” y
de grande que era “se hace como un niño: ¡obedece!”. Su corazón cambia: “¡es
otra vida!”. Pero Pablo no se convierte en héroe – explica el Papa – porque él
que había predicado el Evangelio en todo el mundo “termina su vida con un
pequeño grupito de amigos, aquí en Roma, víctima de sus discípulos”: “una mañana
fueron a él 3-4-5 soldados”, “se lo llevaron y le cortaron la cabeza.
Sencillamente. El grande, que había ido por todo el mundo, acaba sí”.
“Disminuye, disminuye, disminuye…”. “La diferencia entre los héroes y los
santos – afirma Papa Francisco – es el testimonio, la imitación de Jesucristo.
Ir por el camino de Jesucristo”, el de la cruz. Y muchos santos “acaban muy
humildemente. ¡Los grandes santos!. Yo pienso – afirma el Papa – en los últimos
días de Juan Pablo II… Todos lo hemos visto”.
“No
podía hablar, el gran atleta de Dios, el gran guerrero de Dios acaba así:
anonadado por la enfermedad, humillado como Jesús. Este es el recorrido de la
santidad de los grandes. También es el recorrido de nuestra santidad. Si
nosotros no nos dejamos convertir el corazón en este camino de Jesús – llevar
la cruz todos los días, la cruz ordinaria, la cruz sencilla – y dejar que Jesús
crezca; si no vamos por este camino, no seremos santos. Pero si andamos por
este camino, todos nosotros daremos testimonio de Jesucristo, que nos ama
tanto. Y daremos testimonio de que, aunque somos pecadores, la Iglesia es
santa. Es la esposa de Jesús”.
(Fuente: http://es.aleteia.org/2014/05/09/papa-francisco-para-ser-santo-hay-que-ser-pequeno-no-heroe/)
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué conclusiones has obtenido tras la lectura del texto anterior, el vídeo y los enlaces-web que hemos propuesto para ampliar?.
- ¿Han ayudado estas informaciones para ampliar o mejorar el concepto que tenías antesde lo que "ser santo" significa?, ¿en qué?, ¿qué cosas nuevas has descubierto y que ves son muy positivas?.
- ¿Qué es ser "santo" para ti?, ¿cómo puedes hacer en tus circunstancias concretas para vivir la santidad?.
- ¿Se puede ayudar a otros a ser santos?, ¿cómo?.
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