domingo, 13 de mayo de 2012

Día de las familias

El 15 de mayo se celebra cada año el "Día Internacional de las Familias".
Podemos aprovechar esta celebración para "llegar a un conocimiento amplio de realidades familiares existentes en la actualidad, sus valores respectivos y fomentarlos, desarrollarlos cada cual en el ámbito familiar suyo concreto"; es a lo que nos invitan muchos medios, además de reconocer el valor en sí que es ya la FAMILIA como tal.
¿Por qué es tan importante la FAMILIA?.
Cada cual puede opinar desde su experiencia y según cómo haya sido esa vivencia hasta hoy... así se opinará; puede parecer, por lo tanto, que eso de la FAMILIA es algo "relativo" porque depende de cómo le haya ido a cada cual para que la familia tenga unos valores u otros... o bien no tenga ninguno (hay situaciones dramáticas que marcan de por vida la existenciapersonal de algunos hijos e hijas) aunque habría que puntualizar un par de cosas:

  1. El valor de la FAMILIA depende de sus potencialidades, de sus posibilidades y de las actitudes que adoptemos nosotros al respecto.
  2. El valor de la FAMILIA está en cómo decidamos vivirla unos y otros, pero partiendo de la necesidad ineludible de su existencia.
Pero la FAMILIA también es un valor en sí misma porque para poder desarrollar todos los valores que con ella, a través de ella y en ella vamos haciendo crecer... necesitamos de su existencia en primer lugar; si ella no existe... todo se hace mucho más difícil, a veces imposible.
 ¿Para qué la FAMILIA?.
Para dar lugar a nuestra existencia.
No somos animales irracionales y aún en ellos, en muchas especies animales, existen vínculos que duran toda la vida y hay una fidelidad del macho con la hembra de por vida también. Una de las finalidades de la sexualidad humana es la de procrear, dar lugar a un nuevo ser humano que no va a ser propiedad de ninguno de los dos ni de los dos al mismo tiempo aunque venga al  mundo con la participación de ambos.
Para dar cauce a nuestra capacidad creativa y creadora de mayor dignidad humana.
Nosotros, además de contar con el instinto de supervivencia -al igual que el resto de animales-, podemos optar desde la capacidad de razonar y orientar libremente nuestra existencia y nuestras relaciones hacia formas de organización personal y social que sean cada vez más dignas de nosotros mismos y hagan el mayor bien posible tanto a las personas como a las relaciones entre la persona y las demás y su entorno natural.
Para colaborar con los hijos en el camino de búsqueda de sentido a la propia vida.
A través de la EDUCACIÓN EN VALORES: la familia es escuela de vida como ninguna otra institución, en ella los niños y niñas van tomando conciencia "del otro" y de su "ser en relación"; en ella aprendemos a socializarnos, a descubrir diferentes perspectivas (la de nuestros propios hermanos y primos, adultos: padres, abuelos, tíos,...) e ir adquiriendo criterios de actuación y maneras de convivir mejor, de estar mejor e ir aprendiendo el camino de la felicidad.
... (añadamos cientos de razones más... porque las hay).
Para volver a puerto...
... cuando las tormentas de la vida a veces nos puedan, cuando equivocamos decisiones y no hay marcha atrás con quien nos embarcamos en su momento... pero sabemos que allí, en casa "de toda la vida", siempre vamos a ser recibidos, estemos como estemos, nos pase lo que nos pase,... porque el amor en la familia es siempre INCONDICIONAL: nos basta con ser hijos.
"Es de hijos bien nacidos ser AGRADECIDOS".
Es un refrán y puede tomarse sólo como tal, pero lleva consigo una gran verdad:
SER AGRADECIDOS con la familia -por muchos errorees que nuestros padres, abuelos,... hayan podido cometer- es reconocer cuanto de bueno, positivo, noble y justo hemos recibido de ellos, nuestros primeros y principales educadores.
SER AGRADECIDOS es admitir que junto a sus meteduras de pata ha habido también las nuestras y en la expresión de su humanidad reconocemos también la nuestra.
SER AGRADECIDOS es saber detectar cualquier pequeño gesto de altruismo, de dedicación, interés hacia nosotros,... la inmnesa mayoría de  las veces con tanta naturalidad y amplitud que ni nos hemos dado cuenta que los hemos recibido.
SER AGRADECIDOS es saber decir a papá y mamá esos "tequieros" que tan bellos  suenan en el "Día de la madre o del padre"... pero que se hacen más reales cuando les correspondemos con el amor incondicional que ellos nos dan a diario a través de nuestra colaboración en las tareas del hogar, en el cumplimiento de nuestras responsabilidades, en el cuidado de los demás miembros de la familia cuando pasen por apuros o dificultad,...
SER AGRADECIDOS es valorar más lo que observamos en esta familia a la que un día llegamos, mucho más que todo lo que nos gustaría ver en ella.
SER AGRADECIDOS es arrimar el hombro en la tarea de hacer realidad todo eso que nos gustaría que hubiera: a veces nos perdemos en quejas, en pedir y pedir, exigir maravillas en los demás pero... ¿a qué estamos dispuestos nosotros, los hijos, para hacer posibles nuestras demandas?.
Puede que nunca la familia nos exija esta gratitud ¡pero cuánto bien hace un abrazo cuando lo deseamos aunque no lo  pidamos!... pongo por caso.
¡¡Feliz "DÍA DE LA FAMILIA"!!.

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