Día del padre (19 de marzo)
OBJETIVO: "Honrar la figura del padre" puesto que su participación en la existencia de los hijos es esencial no sólo por su origen sino también por su trascendencia en su relación padres-hijos.
Unos dicen que "celebrar el día del padre" es una reminiscencia franquista, como también celebrar el "día de la madre" y, por lo tanto, "no deberían celebrarse estos días" -según ellos, claro.
Otros, por el contrario, piensan y dicen que "celebrar el día del padre o de la madre" no tiene absolutamente nada que ver con ideología alguna (salvo que se quiera desterrar la dimensión procreadora de la sexualidad y se quiera reducir ésta a lo meramente placentero al servicio del hedonismo sexual y de la mercantilización del sexo) sino con lo que "ser padre" significa y es ésto lo que con este artículo apoyamos y defendemos.
Celebrar el día del padre, como el de la madre, es reconocer el valor de unos hombres y mujeres que han dado plenitud a su vocación al amor: no sólo han amado a sus parejas sino que han amado también al fruto de su unión: la concepción que dio origen a un nuevo ser humano (somos humanos a partir del mismo instante en que un espermatozoide fecunda el óvulo).
Celebrar el día del padre, como de la madre, es una buena excusa para atrevernos a decirle a nuestro padre lo que de ordinario no decimos pero sí sentimos. Es reconocer explícitamente lo que el corre-corre de todos los días no nos permite a veces ni siquiera percibir: lo extraordinario de su papel en cada acción ordinaria de cada día en la que nos demuestra su amor.
Celebrar el día del padre, como de la madre, es la ocasión también de recuperar una relación que quizás un día se torció o rompió; es la oportunidad de desandar lo mal andado, buscar la reconciliación y de retomar el camino para construir una mejor relación padres-hijos desde la humildad, desde el cariño y respeto que todo padre y madre merecen por el simple hecho de habernos transmitido la vida.
Celebrar el día del padre, como el de la madre, es proyectarnos también hacia el futuro y pensar en que un día puede que también nosotros lo seamos también -si acaso no lo somos ya- y seamos capaces de imaginar inéditos reales desde el sentido de nuestra responsabilidad como progenitores, teniendo muy claro que "tener un hijo no es sólo traerle al mundo, requiere educar, orientar, acompañar procesos madurativos, posibilitar la plena autonomía del hijo, dotar de recursos personales internos,... tener un hijo es hacer evidente que somos capaces de vivir una paternidad responsable".
PARA AMPLIAR:
Unos dicen que "celebrar el día del padre" es una reminiscencia franquista, como también celebrar el "día de la madre" y, por lo tanto, "no deberían celebrarse estos días" -según ellos, claro.
Otros, por el contrario, piensan y dicen que "celebrar el día del padre o de la madre" no tiene absolutamente nada que ver con ideología alguna (salvo que se quiera desterrar la dimensión procreadora de la sexualidad y se quiera reducir ésta a lo meramente placentero al servicio del hedonismo sexual y de la mercantilización del sexo) sino con lo que "ser padre" significa y es ésto lo que con este artículo apoyamos y defendemos.
Celebrar el día del padre, como el de la madre, es reconocer el valor de unos hombres y mujeres que han dado plenitud a su vocación al amor: no sólo han amado a sus parejas sino que han amado también al fruto de su unión: la concepción que dio origen a un nuevo ser humano (somos humanos a partir del mismo instante en que un espermatozoide fecunda el óvulo).
Celebrar el día del padre, como de la madre, es una buena excusa para atrevernos a decirle a nuestro padre lo que de ordinario no decimos pero sí sentimos. Es reconocer explícitamente lo que el corre-corre de todos los días no nos permite a veces ni siquiera percibir: lo extraordinario de su papel en cada acción ordinaria de cada día en la que nos demuestra su amor.
Celebrar el día del padre, como de la madre, es la ocasión también de recuperar una relación que quizás un día se torció o rompió; es la oportunidad de desandar lo mal andado, buscar la reconciliación y de retomar el camino para construir una mejor relación padres-hijos desde la humildad, desde el cariño y respeto que todo padre y madre merecen por el simple hecho de habernos transmitido la vida.
Celebrar el día del padre, como el de la madre, es proyectarnos también hacia el futuro y pensar en que un día puede que también nosotros lo seamos también -si acaso no lo somos ya- y seamos capaces de imaginar inéditos reales desde el sentido de nuestra responsabilidad como progenitores, teniendo muy claro que "tener un hijo no es sólo traerle al mundo, requiere educar, orientar, acompañar procesos madurativos, posibilitar la plena autonomía del hijo, dotar de recursos personales internos,... tener un hijo es hacer evidente que somos capaces de vivir una paternidad responsable".
PARA AMPLIAR:
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué es para ti "celebrar el día del padre"?.
- Una de las cosas que más feliz hace a un hijo es sentir que existe una buena relación con sus padres. Si acaso esto no fuera así ¿cómo crees que se puede hacer para que esta relación cambie y mejore?. ¿Qué podemos hacer los hijos para eso?.
- A veces los hijos se quejan de la falta de atención de los padres hacia ellos y que esa falta de atención no disminuye sino que aumenta con el paso del tiempo. ¿Qué podemos hacer los hijos para hacerlo notar sin que ello se convierta en un conflicto más y pueda ayudar a resolver este distanciamiento?. ¿Cómo dar a entender la importancia que tiene "pasar tiempo creativo padres-hijos"?.
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