El origen de Halloween
Noche de morder manzanas, por el artista irlandés Daniel Maclise, 1833. Se inspira en una fiesta de Halloween a la que asistió en Blarney, Irlanda, en 1832.
Para hablar de los orígenes de Halloween debemos remontarnos nada más y nada menos que 3000 años atrás, al pueblo celta y a la festividad llamada Samhain. El Samhain significaba literalmente “fin del verano”. Era una festividad celta en la que se celebraba el fin de la época de las cosechas; algo así como un “año nuevo” en el que este mundo y el mundo del más allá se acercaban peligrosamente. Por este motivo se invitaba y homenajeaba a los antepasados a la vez que se trataba de alejar a los espíritus malignos adoptando su apariencia a través del uso de trajes y máscaras.
Con las conquista romana de la mayor parte de los territorios celtas en el siglo I d.C., este Halloween primitivo o Samhan fue modificado al introducir los romanos dos nuevas festividades: Feralia, un festival en el que se rendía culto a los muertos, y Pomona, el festival de la cosecha cuyo nombre se debe a la diosa de los frutos (manzanas) y árboles. Ambas tradiciones se mezclaron y, de hecho, una de los juegos más populares fue desde entonces el juego de morder la manzana.
Ya en el siglo XVIII los emigrantes irlandeses exportan la tradición de Halloween a América donde no será bien recibida por la mentalidad luterana arraigada en Nueva Inglaterra sin embargo, la progresiva llegada de más emigrantes irlandeses ocasionará que la festividad comience a quedar arraigada cada vez más y más en los territorios de Estados Unidos y Canadá mezclándose a su vez con otras costumbres indias y coloniales.
Así, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX la fiesta de Halloween ya cuenta con un fuerte arraigo en estos territorios y ha incorporado tradiciones no “auténticas” como contar historias de fantasmas, la realización de travesuras, bromas o bailes tradicionales, la confección de disfraces…
Es de esta forma como en Estados Unidos Halloween comienza a desprenderse del carácter sagrado de sus orígenes y adopta un halo de débil misterio alimentado por historias de pseudoterror protagonizadas por brujas, duendes, espíritus, etcétera pero siempre rodeado de un ambiente festivo y de humor.
Pero la celebración masiva de Halloween no se inicia hasta 1921, año en que tiene lugar el primer desfile de Halloween en Minnesota al que, con el paso de los años, se fueron sumando otras ciudades dotándolo de una popularidad cada vez mayor. Será la difusión de las películas y series de televisión estadounidenses de los años 70 y 80 las que provoquen la internacionalización de Halloween que hoy ya se celebra con mayor o menor éxito en latinoamérica y muchos países europeos. En 1978, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero Halloween, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B; con innumerables secuelas e imitaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario